No hay mejor sensación que terminar de hacer ejercicio por la mañana e iniciar el día lleno de energía. Lo difícil está en empezar a hacer ejercicio en las mañanas, por eso os dejamos un listado de consejos para que puedas empezar el día motivado a ejercitarte. Por ejemplo salir a correr por la mañana es un ejercicio sencillo y agradable que además te ayuda a relajarte.
Imagínate levantándote temprano, saliendo a correr por la mañana y disfrutándolo. Haz este ejercicio mental la noche anterior. Sonará extraño, pero si no puedes ni imaginarte cumpliendo estas tareas, es muy probable que no las hagas. Enfatiza sobre todo en la parte final: la satisfacción de haber terminado, sentirte motivado y comenzar el día lleno de energía.
El proceso de salir a correr por la mañana tiene que ser lo más rápido posible. No debes permitir que trabas se conviertan en excusas para comenzar a mover las piernas. Levantarse e ir a la calle debería ser un proceso rápido y automático. Por ello es importante que dejes lista toda tu ropa deportiva al lado de tu cama, para que no te tarde más de 5 minutos en estar listo y empezar el día de la mejor manera.
Una cosa es despertarse, pero levantarse de la cama es lo difícil. Es importante que halles la manera de forzarte a hacerlo. Pon tu despertador al otro lado de tu habitación para que tengas que levantarte a apagarlo. Enciende las luces, pon música divertida y comienza a moverte para que vayas entrando en calor.
Muchas veces nos acostamos muy motivados con salir a correr por la mañana, pero estas ganas se desvaneces con el amanecer. Por lo tanto es importante que te transmitas la energía y las ganas de la noche anterior. Escribe unas frases que te motiven y asegúrate de leerlas apenas te levantes para reactivar la emoción de la noche anterior.
No es recomendable hacer deporte con el estómago lleno, pero sí es importante que comas un pequeño snack y bebas agua para que tu metabolismo se ponga a andar.
Si no estás acostumbrado a levantarte muy temprano, es difícil que puedas crear el hábito de hacer ejercicio en las mañanas, más aún cuando esto signifique despertarse 1 ó 2 horas antes de lo normal. Hazlo gradualmente. Empieza levantándote temprano 2 veces por semana y mientras vayas cogiendo el ritmo, incrementa los días.
Es cierto que a veces nos gusta salir a correr solos para despejarnos la mente, pero cuando se trata de correr por la mañana, la compañía de un amigo puede ser muy útil. Si consigues un compañero de ejercicio, creas una dependencia mutua. Él contará contigo y tú con él. Se ayudarán a mantenerse motivados y a no rendirse. Además si encuentras alguien divertido con quien hacer ejercicio, tendrás algo que te motive más para salir a correr.
Si no te levantaste un día para hacer ejercicio en la mañana, no es el fin del mundo. Tienes el resto del día para dedicar un tiempo a la actividad física. Y si no puedes ejercitarte en la tarde o en la noche, siempre hay un mañana. Dejar un día no es rendirse. Rendirse es un estado mental, no físico.
Me llamo Carlos Lázaro, soy entrenador personal personal y nutricionista profesional y mi objetivo es democratizar el conocimiento y ayudar a las máximas personas posibles a mejorar sus vidas y transformar sus cuerpos. Gracias.