Todo el mundo ha oído hablar del hígado graso en algún momento, pero ¿sabemos por qué ocurre y si se puede prevenir?
La esteatosis hepática, el término médico para hígado graso, es una afección hepática generalmente benigna causada por la acumulación de triglicéridos y ácidos grasos en el hígado.
Aunque la mayoría de la gente relacionaría esta enfermedad con el consumo de alcohol, hoy los expertos te informarán de otras posibles causas, como la obesidad, el colesterol alto, la diabetes tipo 2, el uso excesivo de medicamentos, la ingesta excesiva de azúcares o grasas, la presencia de toxinas en el cuerpo, o incluso la pérdida de peso rápida.
Hay síntomas, pero no siempre están presentes.
La buena noticia es que el hígado graso se puede evitar llevando un estilo de vida saludable y haciendo ejercicio con frecuencia. La mayoría de las veces, es una enfermedad que se puede revertir, así que siguiendo la serie de sugerencias que voy a darte a continuación, podemos curarnos y evitar que regrese.
En primer lugar, es crucial abstenerse de beber alcohol.
Los niveles de triglicéridos y colesterol se reducen como resultado del papel del ejercicio en la quema de grasa.
La pérdida de peso es necesaria, pero debe hacerse con cuidado y de forma gradual porque hacerlo puede hacer que aparezca el hígado graso o empeorarlo.
Para ello es necesario contar con la asistencia de un nutricionista.
El experto sostiene que llevar un estilo de vida saludable es fundamental para que este órgano funcione correctamente. Este estilo de vida debe incluir actividad física regular y moderada, así como una dieta adecuada que contenga todos los siguientes alimentos.
1.Endibia.
Junto con el rábano, la alcachofa, la berenjena y la achicoria, es miembro de la clase de alimentos conocidos como coleréticos, que estimulan la producción de bilis.
Al consumir estos alimentos la bilis se vuelve más fluida y abundante y la digestión es más facilitado
2.Café.
Es otro alimento colerético que, cuando se consume con moderación, puede ayudar con la digestión y la protección del hígado.
Según un estudio del Instituto de Información Científica del Café (CIIU), beber café puede reducir el riesgo de desarrollar trastornos digestivos como pancreatitis o el desarrollo de cálculos biliares, entre otros.
Diversos estudios sugieren que tres tazas de café al día es lo máximo que se puede consumir de forma segura.
De hecho, los estudios encontraron que hasta tres tazas de café al día podrían reducir el riesgo de mortalidad prematura entre un 12 y un 18 por ciento.
Dada su gran cantidad de beneficios nutricionales, el consumo de nueces debe ser parte de una dieta saludable.
León explica que mantener niveles saludables de colesterol es crucial para mantener un hígado saludable porque se puede almacenar demasiado colesterol en los vasos sanguíneos.
Además de ser reguladores del colesterol y cardiosaludables, los frutos secos también “desplazan a otros menos recomendables, como los de la carne roja”, según la experta.
Esto es cierto para otras grasas similares, como las del aceite de oliva y el aguacate. León aconseja primar siempre el pescado, las legumbres y alguna carne blanca al consumo de carne roja.
4.Pan de grano entero.
Se aconseja elegir siempre la variedad integral de pan, cereales, arroz y pasta porque los cereales integrales ayudan a evitar que se absorba el colesterol.
Al elegir esta versión frente a los cereales refinados, estamos protegiendo el hígado.
5.té que es verde.
Un estudio de la Universidad Estatal de Pensilvania encontró que la combinación de ejercicio regular con el consumo de extracto de té verde podría disminuir significativamente la gravedad de la enfermedad del hígado graso causada por la obesidad.
La reducción de la gravedad podría llegar al 75 %. Al respecto, Mónica Guevara, especialista en aparato digestivo y hepatología, señala que “la práctica del deporte debe ir siempre acompañada de la eliminación del consumo de grasas no saludables y alcohol.
En este sentido, “los carbohidratos refinados, los azúcares y las grasas saturadas e hidrogenadas” tienen un impacto mucho mayor en la subida del colesterol en sangre.
Según un estudio publicado en el World Journal of Gastroenterology, comer pescado graso como el salmón o las sardinas y tomar suplementos que contengan aceite de pescado rico en ácidos grasos omega-3 puede reducir los síntomas del hígado graso.
Según la investigación, los niveles de enzimas del hígado se mantienen gracias a las grasas de estos pescados, lo que ayuda a prevenir la acumulación de grasa en el hígado.
7.Brócoli.
Las verduras de hoja verde brócoli, espinacas y otras contienen mucha vitamina E, que ayuda a prevenir el hígado graso. Las vitaminas E y C funcionan como antioxidantes y disminuyen el proceso de inflamación en el hígado graso, según un estudio de la Universidad de Haifa en Israel.
Las grasas vegetales, las nueces y las semillas son fuentes adicionales de vitamina E.
La vitamina C está presente en una variedad de alimentos que se consumen con frecuencia, como frutas cítricas, fresas, kiwis y pimientos rojos.
De hecho, esta vitamina es muy frecuente en nuestra dieta, por lo que es extraño que el público en general tenga una deficiencia.
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8. Champiñón.
La vitamina D, un nutriente cuya carencia se ha relacionado con la prevalencia de enfermedades hepáticas, abunda en este hongo.
Aunque los rayos del sol son la principal fuente de síntesis de vitamina D, también se puede encontrar en algunos alimentos, incluidos los huevos, los champiñones, el pescado azul, el hígado, los productos lácteos y los aguacates.
Dado que una gran parte de la población sufre de su déficit, muchas personas lo complementan regularmente.
Según los hallazgos del estudio, la vitamina D puede ser "segura y eficaz" en estas situaciones.
Tomar alguna infusión de alcachofa y diente de león de vez en cuando.
Por su riqueza en magnesio y vitamina B6, el alga espirulina es excelente para combatir el hígado graso y desintoxicar y rehabilitar el hígado.
Como su nombre indica, el hígado graso es provocado por un crecimiento excesivo de grasa en este órgano, que también es responsable de producir enzimas, proteínas y glucosa, así como de eliminar las toxinas del cuerpo.
Adelgazar y llevar una dieta saludable son dos de las principales recomendaciones para disminuir la cantidad de grasa en el hígado.
Se puede consultar a un nutricionista en cualquier situación.
1. Caminar.
La pérdida de peso y la reducción de la grasa corporal se ayudan con una rutina que incluye caminar durante 30 minutos cada día entre 3 y 7 veces por semana.
Es crucial que se haga con frecuencia para que se puedan observar los resultados.
2. Aeróbicos.
Esta actividad física utiliza rutinas y secuencias que utilizan la grasa como fuente de energía para ayudar a quemar grasa corporal.
Si anteriormente has llevado un estilo de vida sedentario, se aconseja comenzar con rutinas de intensidad moderada.
3. Bicicleta.
Además de ser agradable, andar en bicicleta ayuda a perder peso, quemar grasas y calorías, mejorar la capacidad pulmonar y mejorar el equilibrio.
Empezar a andar en dos ruedas como meta a corto plazo; tu hígado y otros órganos te lo agradecerán.
4. Correr.
Correr es un ejercicio de cuerpo completo para personas que tienen problemas para caminar y quieren mayores desafíos.
Ganar tono muscular y perder peso se facilita ejercitando diferentes músculos del cuerpo.
Para evitar lastimarte mientras corres, asegúrate de que tus rodillas estén en buena forma.
Cualquiera que sea la forma de ejercicio físico que decida realizar para quemar grasa, comience lentamente y hable con su médico antes de ir demasiado lejos.
Lo más importante es mantener un horario de ejercicio regular y una dieta nutritiva que le comunique a su hígado el mensaje correcto: ¡estamos aquí para ayudarlo! Ahora que está más informado sobre el cuidado del hígado, lo invitamos a investigar nuestros programas de cáncer en este enlace y seleccionar el que mejor se adapte a sus necesidades.
Licenciado en Nutrición y Dietética.
Soy un nutricionista y dietista apasionado por la nutrición deportiva, enfocado en ayudar a los deportistas a optimizar su rendimiento y mejorar su recuperación.