¿Por qué existen personas que ‘comen y no engordan’? La genética juega un papel en cómo las personas delgadas se mantienen así con poco esfuerzo y sin importar lo que coman, pero no es el único factor que mantiene a estas personas en el peso adecuado.
Las personas delgadas tienden a dormir más tiempo y desencadenan reacciones hormonales que le indican al cerebro que ya están llenos.
Es importante tener en cuenta el estado nutricional, el comportamiento y el entorno de una persona a medida que crece.
Además, ser flaco puede cambiar en cualquier etapa de la vida.
La fecha fue recibida por el resto del mundo como un rechazo a determinados hábitos alimentarios que podrían tener efectos negativos y como un apoyo para aceptar la variedad de prototipos corporales existentes.
Existe la idea errónea de que las personas delgadas pueden comer mucho sin engordar porque tienen un metabolismo más rápido.
Sin embargo, esto no siempre es así porque todo depende de una serie de factores diferentes.
Es posible que a los 20 años coma todo lo que quiera sin engordar, nada me afecta a los 30 o 40 años, pero después si es un problema, o en otros el riesgo de obesidad puede empezar antes, entonces es percepción para pensar.
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Por ejemplo, se puede observar a una persona delgada que consume una dona por día, pero compensa esas calorías a través de la actividad física.
Comiendo menos en la comida siguiente o evitando determinados alimentos durante el resto del día.
No seguimos a estas personas las 24 horas del día para comprender completamente sus rutinas.
Si comen una pizza, solo comen dos piezas en lugar de seis, dando la impresión de que están comiendo lo que quieren.
Sin embargo, es posible que tengan sentimientos de hambre y saciedad que están conectados y que son conscientes de cuándo comer, dejar de comer para evitar comer en exceso.
Sin generalizar, hay que tener en cuenta numerosas variables.
Una de ellas es que, en comparación con otros, es mejor comer menos y peor comer más.
Comer más no es necesariamente mejor que comer menos.
Cada persona tiene necesidades específicas en función de su peso, edad o altura.
Aunque hay un componente genético significativo para mantener el peso de una persona, aquellos que comen poco tienen una tendencia a tener más grasa corporal y tener pesos por encima del límite superior.
Un componente genético entre un 60 y un 70 por ciento que influye en esta condición (de ser flaco o gordo).
Los estudios muestran que las personas que consumen grandes cantidades de alimentos sin aumentar de peso tienen un metabolismo basal más alto.
Que es el proceso del cuerpo para convertir los alimentos en la energía necesaria para el funcionamiento óptimo de las funciones vitales.
El hecho de tener más músculo, lo que tiende a tener un mayor gasto, así como la edad de la persona e incluso el lugar donde vive (ya que no todos tienen el mismo metabolismo basal), esto puede deberse a varios factores.
Las personas con metabolismos más rápidos comen más y lo queman más rápidamente, lo que evita el aumento de peso.
Mantenerse delgado también está influenciado por la microbiota, que son los billones de bacterias, virus y hongos que viven en el sistema digestivo (intestinos).
La microbiota del recién nacido está condicionada por la alimentación de la mujer embarazada, ya sea que el bebé haya nacido de forma natural, por cesárea o por ingestión de leche materna.
Según una investigación de la Universidad de Rouen en Francia, estas microbiotas bacterianas se multiplicaron por un millón a los 20 minutos de comer y liberaron proteínas que estimularon las hormonas de la saciedad del cerebro y las neuronas vinculadas a la reducción del sueño apetito.
La composición de la microbiota puede cambiar con la dieta, a pesar de la presencia de influencias genéticas y condiciones preexistentes al nacer.
Después de los 50 años, cuando puede haber un cambio en la composición corporal, como aumento de grasa y disminución de músculo, la condición de comer y no engordar puede cambiar.
Sin embargo, los factores ambientales también juegan un papel.
Si continúa con su rutina habitual de ejercicios, este proceso se retrasará.
La predisposición a aumentar de peso está influenciada por factores hormonales, incluido el gen ahorrador, que se remonta a tiempos prehistóricos.
La necesidad de una dieta alta en grasas para apoyar un estilo de vida activo de caza y movimiento constante.
Así como la necesidad de almacenar grasa para tiempos de escasez, condujo a la evolución de este gen.
Algunas personas son inmunes al gen ahorrativo, que las mantiene en forma.
Sin embargo, está en la mente de los demás.
“se desconoce por qué algunas personas generan resistencia a este gen y otras no”.
Debido a la tendencia al sedentarismo ya la falta de condiciones para la caza y la recolección de alimentos, este gen de reserva de energía actúa en el presente.
Como resultado, la grasa se acumula y tiene lugar el proceso de engorde.
Funciona de manera similar a un sistema de regulación del apetito, como la leptina, que controla nuestro deseo a largo plazo de ingerir alimentos.
Algunas personas tienen la capacidad de aparentar que están comiendo más al repetir algunos platos, pero en los días subsiguientes en realidad comen menos.
Estas personas afirman en las encuestas que comer comida casera de alta calidad es una parte regular de sus rutinas.
Además de no sentirse mal por los atracones ocasionales, tener siempre un desayuno que incluya frutas, verduras y huevos, y poder reconocer las verdaderas necesidades de su cuerpo.
Aparte de los genes, otro factor que afecta el comportamiento son los hábitos que los padres han influido desde que eran niños.
La mayoría de las personas que mantienen un peso saludable dijeron que sus padres comían alimentos integrales.
Dormían una cantidad adecuada de tiempo (8 horas), les hablaban sobre nutrición y participaban en actividad física.
Aunque aquellos con un índice de masa corporal alto coinciden en que se les impusieron restricciones dietéticas como castigo y que con frecuencia se servían jugos y jugos en el almuerzo en lugar de agua.
Una tendencia a aumentar de peso es el resultado de reducir las horas de sueño a 5 o 6.
Según los estudios, existe un mayor riesgo de obesidad cuando hay una diferencia de dos horas entre los días de semana y los fines de semana.
"las personas que duermen menos durante el día necesitan más energía para mantenerse despiertas, por lo que tienen más ganas de consumir ciertos alimentos.".
Estar delgado a pesar de comer mucho y no subir de peso también puede ser causado por hipertiroidismo, un grave problema hormonal a nivel tiroideo.
También dice que después de los 30 años el metabolismo se hace más lento, pero le asegura a la mujer que si se continúa con la actividad física se puede lograr el control del peso.
Sucede que las personas delgadas tienen niveles elevados de triglicéridos y colesterol, lo que hace que su delgadez no sea saludable.
Ahí, prosigue, “hay que ver sus hábitos alimentarios y hacer el cambio oportuno. comen y no engordan
Me llamo Carlos Lázaro, soy entrenador personal personal y nutricionista profesional y mi objetivo es democratizar el conocimiento y ayudar a las máximas personas posibles a mejorar sus vidas y transformar sus cuerpos. Gracias.