Todo sobre tejido muscular y adiposo en la inflamación crónica de bajo grado. Durante varias décadas se ha asociado al tejido adiposo y el tejido muscular en una relación de tipo energética. Desde esta visión, el trabajo muscular puede intervenir sobre la grasa y ello beneficiar su reducción, pero si se excede de la inacción del músculo, la posibilidad de que el adipocito crezca es casi una posibilidad asegurada ya que los ácidos grasos (AG) quedarán almacenados como triglicéridos (TG) dentro de la célula grasa a manera de reserva energética y se acumularán, lo cual no es conveniente. Este descubrimiento ha evidenciado grandes limitaciones debido a la demostración de fenómenos en donde los resultados del vínculo adiposo-muscular no tenían necesariamente los efectos emergentes de deducciones teóricas. Para simplificar, someter al músculo a ejercicio no implica reducir la grasa corporal, como tampoco no ejercitarlo conlleva a acumular tejido adiposo. El tema es mucho más complejo, y que la ciencia se ha ocupado de documentarlo, a pesar de lo cual aun se insiste, y mucho, con la propuesta de…“hacer para perder”, algo que en la ecuación expresada como “si se come más de lo que se gasta se acumula y si se come menos se pierde”, el territorio biológico humano ha mostrado que no funciona linealmente, como se verá seguidamente.
Hay evidencia de que algunas situaciones y ejemplos en donde el trabajo muscular aumentado no altera el depósito graso reduciéndolo, como tampoco la inactividad potencia su acumulación. Analizando la obesidad, en esta condición, se ha visto la existencia de un estado inflamatorio de características tan particulares como deletéreas sobre múltiples tejidos, entre ellos el muscular y el graso, lo que se define como Inflamación Crónica de Bajo Grado (ICBG).
De un modo general se dice que la inflamación es una respuesta local a la lesión celular, caracterizada por la infiltración de leucocitos y la producción localizada de una serie de mediadores químicos, que inician reacciones tendientes a la eliminación de agentes tóxicos y la reparación del tejido dañado.
Todo sobre tejido muscular y adiposo en la inflamación crónica de bajo grado, es necesario combatir la ICBG involucra a citoquinas y otros mediadores antiinflamatorios y de la detección de la misma así como de la rapidez en su combate, ya que es una característica de numerosas patologías que presentan estas condiciones crónicas, tal como el síndrome metabólico (SM) , enfermedad del hígado graso no alcohólico (HGNA), diabetes mellitus tipo 2 (DM2) y la enfermedad cardiovascular (ECV), entre otras (Hotamisligil GS Inflammation and metabolic disorders).
Todo sobre tejido muscular y adiposo en la inflamación crónica de bajo grado, es importante la información que advierte que la masa muscular es un predictor clave de la longevidad en adultos mayores, por lo que la sarcopenia inducida por la obesidad y su vínculo con la ICBG, algo suficientemente demostrado, es un factor de riesgo significativo que tiene impacto sobre la calidad y cantidad de vida de las personas. Se conoce que el músculo puede padecer alteraciones funcionales de tipo metabólicas y hormonales, las que se inician, entre otras causas, por una alteración en la captación u utilización de glucosa por el músculo, desencadenando resistencia a la insulina. Y aquí ciertas citoquinas proinflamatorias tienen su protagonismo deletéreo, produciendo esas no deseadas respuestas. Además, la alteración de la integridad muscular, definida como la pérdida muscular persistente y cuyo desencadenante es la afectación de la síntesis proteica y la estimulación del catabolismo de las mismas, la acumulación de lípidos intramusculares o la deposición del tejido conectivo, es un sello distintivo de la disfunción metabólica que acaba por afectar a los 3 macronutrientes. Se ha constatado que, muchas vías inflamatorias comunes han sido comprometidas en la patogénesis de los tejidos interrelacionados del sistema musculoesquelético.
Todo sobre tejido muscular y adiposo en la inflamación crónica de bajo grado, hay ciertos investigadores que indican que las sociedades occidentalizadas tienen una abundancia de alimentos, pero que ello no se equilibra con un incremento en la actividad física. El ejercicio continuado aumenta el gasto energético además de cualificar los sistemas para que cumplan adaptaciones que se dispongan a controlar y revertir la inflexibilidad metabólica. Es esta una incapacidad del músculo a usar las grasas en suficiente cantidad sin dar una prioridad a los azúcares por alteración de los sistemas energéticos, algo muy frecuente en estas modificaciones instaladas por la condición de ICBG. Esta combinación ha llevado a un almacenamiento excesivo de nutrientes, lo que supone un estrés significativo en nuestras vías metabólicas y conduce a un aumento en la enfermedad derivada de la disfunción metabólica.
Todo sobre tejido muscular y adiposo en la inflamación crónica de bajo grado, investigadores demuestran que las alteraciones metabólicas aumentan el riesgo de las enfermedades músculoesqueléticas, entre las cuales están la obesidad sarcopénica, la osteoporosis, ciertas tendinopatías y la osteoartritis. Los trastornos asociados a estas patologías tendría su origen, según estos y otros investigadores, a través de la inflamación crónica de bajo grado.
Es especialmente preocupante la enfermedad músculo-esquelética en personas que padecen de obesidad, especialmente debido a que lleva implícito una discapacidad para caminar como consecuencia de la osteoartritis que normalmente se le asocia, lo que incrementa significativamente el riesgo de mortalidad por todas las causas cardiovasculares. Problemática que provoca el sedentarismo
Lo grave de lo anterior, es que hay una severa patología de base, la que se manifiesta lenta y progresivamente afectando al tejido muscular, al hepático, al adiposo y a estructuras esqueléticas como tendones, ligamentos, cápsula articular, fascias, fibras elásticas y colágenas.
Todo un problema sobre la ya mencionada inflamación crónica de bajo grado y la importancia de efectuar ejercicio físico continuado.
Me llamo Carlos Lázaro, soy entrenador personal personal y nutricionista profesional y mi objetivo es democratizar el conocimiento y ayudar a las máximas personas posibles a mejorar sus vidas y transformar sus cuerpos. Gracias.