Lo primero que debemos entender es qué significa en sí el PULSO. Esto es un pequeño golpe, la expansión de las arterias que se genera por el paso de la sangre cada vez que es bombeada por el corazón. Varía en función de lo que se está haciendo.
Existen muchas maneras de tomarse el pulso pero, en general, se utilizan dos puntos principales. Uno es en el cuello, conocido como pulso carotídeo, y el otro, en la muñeca, pulso radial.
Las carótidas son arterias que se ubican en ambos lados del cuello por lo que, utilizando dos dedos, en general el dedo índice y el medio, presionas ligeramente en cualquiera de los laterales hasta notar las pulsaciones.
Al igual que en primer caso, para tomar el pulso radial utilizas los dedos índice y medio y presionas ligeramente en la muñeca, casi en el inicio de la mano cerca del dedo pulgar, hasta notar las pulsaciones. Aquí la arteria es más pequeña, por lo que puede resultar más difícil contar las pulsaciones.
En ambos casos, esta acción debería mantenerse durante un minuto pero, de haber prisa, puede realizarse durante treinta segundos y luego simplemente multiplicar por dos.
En general, un adulto en reposo tiene un pulso normal REGULAR y su frecuencia es de, aproximadamente, 70 latidos por minuto.
Durante la actividad física, el pulso se acelera para ayudar a mover la sangre y el oxígeno a través de las células y tejidos. En estos momentos, conocer su frecuencia permite evaluar la rutina y maximizar los beneficios del entrenamiento.
Después de hacer ejercicio, el ritmo cardíaco se ralentiza. En los dos minutos posteriores al entrenamiento, se atraviesa por un ritmo cardíaco de recuperación; y éste podrá ir disminuyendo a medida que mejora nuestra condición física.
Por último, es importante resaltar que los valores varían entre personas, dado que la frecuencia cardíaca de cada uno es diferente, incluso entre individuos similares con niveles de preparación física idénticos. De todos modos, un mayor entrenamiento conllevará un mejor estado físico, y por lo tanto, un menor tiempo de recuperación.
Me llamo Carlos Lázaro, soy entrenador personal personal y nutricionista profesional y mi objetivo es democratizar el conocimiento y ayudar a las máximas personas posibles a mejorar sus vidas y transformar sus cuerpos. Gracias.