¿Qué tal una ducha caliente o fría después del ejercicio?, con agua caliente o frío después de hacer ejercicio.
¿Qué ayuda a curar mejor?
No cabe duda de que darse un baño después de hacer ejercicio es un auténtico placer, tanto para relajar los músculos como para refrescarnos después de sudar.
El agua fría es refrescante mientras que el agua caliente es calmante.
La pregunta de si es mejor bañarse con agua fría o caliente después de hacer ejercicio es algo con lo que muchos de nosotros nos enfrentamos a diario.
Tanto la temperatura del agua fría como la caliente tienen beneficios particulares para la salud de nuestro cuerpo.
¡Sigue leyendo si quieres conocerlos!
Aunque es posible que la idea de una ducha helada no nos haga saltar de alegría de inmediato, numerosos estudios relacionan las duchas frías con una mejora del estado de ánimo.
Esto se debe a que el sistema nervioso simpático, que se encarga de los cambios en el cuerpo durante situaciones de estrés o emergencia, se activa con la exposición al frío.
Las beta-endorfinas y la norepinefrina, neurotransmisores que aumentan nuestro bienestar y nos hacen estar más alerta, también aumentan los niveles en sangre con agua helada.
Debido a todos estos factores, no es sorprendente que nos lavemos la cara con frecuencia con agua fría por la mañana o que usemos agua fría para refrescarnos o revitalizarnos.
La estimulación de la circulación sanguínea y el alivio del dolor, especialmente después de un ejercicio intenso, son dos de las principales ventajas de tomar un baño de agua fría para deportistas como nosotros.
Al ayudar a bajar la temperatura corporal, el agua fría hace que el cuerpo responda llevando sangre oxigenada a los tejidos.
Como resultado, nuestros músculos se recuperan más rápidamente y nos sentimos bien.
¡Ideal para la recuperación muscular es el agua fría!
Si eres de los que disfrutan tomando una ducha caliente siempre que pueden, incluso en los días más calurosos o después de sudar, debes saber que el agua tibia también es beneficiosa para nuestra salud y bienestar, especialmente si lo necesitamos.
relajar los músculos tensos o dolor después de un entrenamiento intenso.
Además de ayudar a reducir los espasmos musculares, el agua caliente hace que los vasos sanguíneos se dilaten, lo que ayuda a llevar más sangre a los tejidos y promueve la recuperación.
El calor y la presión del agua también pueden ayudar a reducir la inflamación y el dolor articular.
Por último, los baños calientes nos ayudan a dormir mejor por la noche, algo que es fundamental para todos, pero especialmente para los deportistas que quieren darlo todo día tras día en nuestros entrenamientos.
Para conseguir que crucemos la línea de meta y consigamos nuestros objetivos deportivos, nuestro cuerpo realiza un gran esfuerzo.
Por eso, se merece que después de una gran actuación la cuidemos con mucho esmero.
Estos son algunos consejos para convertir la hora del baño en un ritual de cuidado personal relajante y revitalizante:
Si no quieres renunciar a los baños calientes, asegúrate de que el agua esté templada, ya que el agua demasiado caliente puede resecar la piel y acabar provocando picores en las pieles más sensibles.
Además, si necesita mantenerse activo después de un baño, el agua caliente puede hacer que baje su presión arterial y lo único que desea es quedarse dormido en la cama.
Date el lujo de darte un baño de burbujas de vez en cuando si tienes bañera en casa.
Cuando usamos los productos adecuados, tomar un baño de espuma nos brinda un momento especial de relajación y ayuda a hidratar nuestra piel.
Utiliza los chorros de agua y aire de tu bañera para masajear las partes de tu cuerpo que sientas más tensas o desgastadas.
¡Saldrás de la bañera como nuevo!
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Debido a sus numerosas ventajas terapéuticas, la sal de Epsom o sulfato de magnesio ha ganado popularidad.
Es un gran remedio natural para los dolores musculares y tiene un efecto relajante en el cuerpo debido a su alto contenido en magnesio.
Por eso, ¡recuerda incluir unas cucharadas de estas sales completas en tu baño posterior!
Baje las luces de su baño, encienda algunas velas de lavanda y tome un baño tibio.
Cierra los ojos, deja que la habitación se llene con el aroma de la lavanda y experimenta cómo el agua hace sentir tu cuerpo.
Maravilloso, ¿eh?
Un baño relajante y fragante ayuda a calmar la mente y disminuir el estrés que implica cualquier rutina deportiva exigente, además de relajar el cuerpo y ayudar a la recuperación muscular.
Licenciado en Nutrición y Dietética.
Soy un nutricionista y dietista apasionado por la nutrición deportiva, enfocado en ayudar a los deportistas a optimizar su rendimiento y mejorar su recuperación.